Love !

6.2.10

El horizonte.

Solo una línea que divide el gran e interminable paisaje. Solo una línea indefinida e incolora que diferencia el cielo de la tierra. ¿Será la famosa división entre el bien y el mal? ¿La vida y la muerte? ¿La felicidad y la nostalgia? ¿Se podrá definir la imagen visual del horizonte? No lo creo.
Sólo una línea abstracta. Soñar es ver las formas invisibles a distancia imprecisa, y, con sensibles impulsos de esperanza y voluntad buscar el frío horizonte. Pensar en un horizonte es en principio construir una perspectiva. ¿El horizonte es una línea firme? ¿Es una pintura mural que cambia cada día movida por tempestades de color? ¿Hay un atajo para llegar al horizonte?.
Una línea “infinita” que se encuentra detrás de cada ventana. Pero hay un límite. Creo que el horizonte es la línea de la vida: la ves durante toda tu trayectoria en la tierra, pisando el suelo y sintiendo el viento; pero esa “interminable e infinita” línea… tiene un fin. La muerte. Ella existe y siempre llega a nosotros y sale ganando; nadie escapa.
Y ahí, ese es el momento cuando el sol se apaga y la mirada se oscurece. Y ahí, ese es el momento cuando ya no queda horizonte que admirar ni poesía que cantar.

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